Daniel respondió: “No hay ningún sabio, ni adivino, ni mago, ni astrólogo que pueda explicar a su Majestad el misterio que desea conocer. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios y le ha hecho saber lo que va a pasar a futuro.”

Daniel 2,27-28a

Por lo general se interpreta que un sueño es un misterio, que puede ser un hecho que sucederá a futuro. Nabucodonosor desea saber acerca de su sueño y su significado, él se encontraba inquieto queriendo saber lo que le podría esperar a futuro.

Daniel le aclara al rey que hay un Dios, el Dios vivo que sí le puede conceder el conocimiento.

En aquel tiempo existía un mundo politeísta, en donde Daniel le muestra al rey que su Dios es un Dios al que se le puede confiar.

Daniel confía plenamente en Dios y nos cuenta el texto en sus versículos siguientes que le aclara detalladamente el significado del sueño.

Muchas veces nos ponemos ansiosos y hasta nos desesperamos de cómo será nuestro futuro, queremos saber lo que nos depara. Sin embargo, si hacemos un alto y ponemos nuestra fe en el Dios Vivo no nos debería preocupar el futuro porque, al igual que Daniel, confiamos en que Dios nos acompaña, nos guía y nos ilumina. Si nuestra confianza está puesta en el Dios de la vida, el futuro no nos debería angustiar porque confiamos en lo que dice en Hechos 17,28a: “Porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos.”

Oremos: Padre nuestro, te pedimos que en nuestro día a día estés con nosotros, quédate con nosotros y acompáñanos para que estemos confiados en ti. Amén.

Arturo Heil

Daniel 2,24-49

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