Nochebuena

Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón.
San Lucas 2,6-7

¡Y llegó Nochebuena! ¡Qué alegría! ¿Verdad? Ojalá sea una verdadera alegría para usted que una vez más pueda celebrar la Nochebuena.
Los versículos elegidos para hoy nos cuentan rápidamente las cir- cunstancias en las que nació Jesús. María y José estaban en Belén por causa del censo y Jesús no quiso esperar más y nació. Se destaca especialmente que Jesús es el primogénito, es decir, el primer hijo de María y José. Ser primogénito en aquella época daba privilegios y responsabilidades con la familia. El hecho de mencionar que Jesús es primogénito también es simbólico es su carácter de Salvador, es un Mesías que viene con privilegios, con derechos, que lo hacen diferente. Al mismo tiempo, ese Salvador, ese que es diferente, nace en un establo. Un lugar destinado a los animales, último lugar donde alguien iba a dormir, pero fue así porque no había más lugar en la ciudad por causa del censo. Tampoco nadie tuvo compasión de María que estaba embarazada. Así Jesús nació en las circunstancias más simples y hu- mildes, aún siendo el Mesías y el primogénito.
Este texto puede hacernos pensar en muchas cosas: en lo bueno que en la época actual todos los hijos/as tienen el mismo derecho y obliga- ciones familiares, y ya no hay privilegios para un hijo sólo por haber nacido primero. También en que hay muchas situaciones parecidas a la de María y José en la actualidad. Cada día nacen muchos niños en condiciones mucho peores que la de un establo y siguen las indife- rencias de muchos hacia los más pobres y necesitados. Y también nos hace pensar que a pesar de todo contratiempo la llegada del Mesías se hizo realidad, nada pudo detener su llegada. Y así, hace unos 2.000 años atrás hubo Nochebuena, ¡¡¡Nochebuenísimaaaaa!!!
Que hoy sea un día de alegría, un día de derechos y responsabilidades para todos iguales y Dios quiera que puedan nacer muchos niños y niñas, y todos ellos en lugares adecuados como debería haber sido en la época de Jesús y como debería ser hoy. Amén.
Salmo 96; Isaías 9,2-7; Tito 2,11-14; Lucas 2,1-14

Armando Weiss

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