El Señor afirma: “¡Ay de los pastores que dejan que mis ovejas se pierdan y dispersen!” El Señor, el Dios de Israel, dice a los pastores que gobiernan a su pueblo: “Ustedes han dispersado mis ovejas, las han hecho huir y no las han cuidado. Pues bien, yo tendré buen cuidado de castigar sus malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo.”

Jeremías 23,1-2

En estos tiempos donde proliferan las sectas, grupos religiosos y predicadores que predican lo que les conviene, ya sea para recaudar más o infundir temor a sus feligreses, y no precisamente para conocer mejor a Dios y sus mandamientos, hay que tener cuidado. Ya lo dijo Jesús en Juan 10,1: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino se mete por otro lado, es un ladrón y bandido”. La única puerta para nosotros es la Biblia. Cualquier otra fuente lleva a la confusión y la dispersión.

Ya en la época de Jeremías existían los falsos profetas, fue el motivo por qué Dios aseguró a través del profeta que: “Vendrá un día en que haré que David tenga un descendiente legítimo, un Rey que reine con sabiduría y rectitud en el país.” (Jeremías 23,5)

Con la venida de Jesús se simplificaron muchas cosas, Jesús nos dejó sus enseñanzas por medio de los evangelios, Él es el buen pastor que cuida sus ovejas, la interpretación es clara y no se presta a confusiones. Si seguimos estas reglas no habrá peligro de que nos perdamos ni dispersamos. No importa donde estemos. Con Jesús siempre estaremos unidos en la fe.

Reunidos o dispersos, contigo estaremos, contigo estaremos. Tu gracia nos diste; tu gracia daremos. (Canto y Fe Nº 102)

José Wenninger

Jeremías 23,1-8

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