Ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora se han vuelto al pastor que cuida de sus vidas.
1 Pedro 2,22-25
La palabra Bíblica del día de hoy nos invita a ser agradecidos por lo que Dios en cristo ha hecho por nosotros: llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para darnos una vida en libertad y rectitud; fue herido para que seamos sanados; estábamos extraviados, sin rumbo y nos trajo junto a Él y nos cuida y vela por nosotros.
Que alegría saber que alguien lleva nuestro dolor, nos hace libres, y nos ofrece una buena vida. ¡Cuánto alivio nos da saber que alguien está atento a lo que nos sucede!
¡Cuánto consuelo saber que hay alguien pendiente por nosotros! “…El Señor te protege de todo peligro; él protege tu vida. El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre…” (Salmo 121).
Además, Él nos enseña cómo vivir el día a día: a “no pagar mal por mal” sino a “poner la otra mejilla”, a “dar sin esperar nada a cambio” porque “cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando sufría, no amenazaba, sino que remitía su causa al que juzga con justicia”.
Y así, convencidos de que no estamos solos y sabiendo que Él nos muestra una manera de vivir, démosle gracias y pidámosle su guía para seguir testimoniando y proclamando su nuevo reino:
“Porque él entró en el mundo y en la historia; porque quebró el silencio y la agonía; porque llenó la tierra de su gloria; porque fue luz en nuestra noche fría; porque Él nació en un pesebre oscuro; porque vivió sembrando amor y vida; porque partió los corazones duros y levantó las almas abatidas: por eso es que hoy tenemos esperanza…” (del canto “Tenemos esperanza, de Federico Pagura”).
Ricardo Adolfo Becker