Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.
2 Corintios 13,12-14

Este es el saludo que usó Pablo al finalizar su segunda carta a los corintios, y es con el que comúnmente se comienza la predicación en nuestros cultos. Seguramente lo hemos escuchado muchas veces. ¿Qué se nos desea con esta frase?
Gracia: don gratuito.
Con esta palabra: gracia, se afirma que la muerte de Jesús en la cruz y su resurrección al tercer día es un regalo que Jesús nos ofrece para liberarnos del castigo que mereceríamos por nuestras faltas, y así darnos la vida eterna. Y, como todo regalo, lo podemos aceptar y apreciar; o podemos rechazarlo y dejarlo de lado.
Amor: Afecto por el cual se busca el bien verdadero. Reconocemos que Dios nos ama, que busca el bien para todas las personas.
Comunión: Participación en lo común. En el trato familiar: comunicación de unas personas con otras.
Que el Espíritu de Dios esté en contacto con nosotros y podamos dialogar con él es una posibilidad hermosa. Nunca estamos realmente solos, si confiamos en ese apoyo. Dios hace causa común con nosotros, nos proporciona la posibilidad de estar en comunicación con Él y nos da su ayuda a través de su Espíritu.
¡Qué podamos entender y alabar a este Dios, el único, que se nos manifiesta de tres maneras, Padre, Hijo y Espíritu Santo, para que nos sea más fácil y comprensible llegar a Él!

Beatriz Gunzelmann

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print