Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace.
Santiago 1,25

«¿Qué ocurrió? ¿Se te olvidó?» Esta frase es tan común de escuchar que, en ocasiones, incluso llega a ser preocupante. Personas jóvenes con problemas de memoria. Si bien es probable que esto se deba al estrés, la distracción o la falta de interés, en muchas ocasiones también está relacionado con una dieta deficiente en vitaminas B. El costo de los alimentos, especialmente de las carnes y las frutas, ha contribuido a que esta situación sea cada vez más frecuente.
La vitamina B12 es un nutriente fundamental para mantener la salud y fortaleza de la sangre y las neuronas. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra memoria? Una alimentación adecuada es esencial. Las carnes rojas y blancas, así como los pescados y mariscos, son especialmente beneficiosos. Para las personas veganas, es recomendable considerar la suplementación de ciertas vitaminas. Además, una dieta equilibrada que incluya frutos secos, así como frutas y verduras frescas, puede ser de gran ayuda. Las personas activas y que realizan actividad física regularmente tienden a tener una memoria más sólida.
La comida constituye un papel fundamental en la vida de una comunidad de fe. Compartir alimentos saludables y también compartir abiertamente la palabra de Dios son dos aspectos muy prácticos que contribuyen enormemente a preservar la memoria de las enseñanzas divinas. ¡Buen provecho!
Cantemos: Bendice, Señor, nuestro pan; y da pan a los que tienen hambre y hambre de justicia a los que tienen pan. Bendice, Señor, nuestro pan. (Canto y Fe N° 365)

Jorge Weishein

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