Sábado 4 de enero

 

Por Él, también ustedes, al escuchar el mensaje de la verdad, la buena noticia de la salvación, creyeron en Él y fueron marcados con el sello del Espíritu Santo prometido quien es garantía de nuestra herencia.

 

Efesios 1,13-14a

 

¡Cuánta teología hay en un pasaje tan breve! Sinceramente, resulta muy difícil decir algo sin reconocer de antemano que hay muchos aspectos que no podrán ser profundizados.
En otra de sus cartas, en este caso a la comunidad de Roma, el apóstol Pablo dice: La fe nace de la predicación, y lo que se proclama es el mensaje de Cristo (Romanos 10,17). En su carta a la comunidad de Éfeso, señala lo mismo. Esto significa que, para el apóstol, existe una relación directa entre escuchar la predicación de la obra de Cristo y la posibilidad de creer en Él y recibir la salvación.
¡Qué enorme gracia y bendición concede el Señor a su Iglesia al darle la misión de anunciar el Evangelio a toda nación! Responder con gratitud nos obliga a realizar la tarea responsablemente, con palabras y también con obras, sin importar cuántos recursos tengamos, sin detenernos ante las dificultades que puedan aparecer, y sin entretenernos con quienes no quieran escuchar.
En una sociedad carente de palabras de vida, de testimonios que inviten a la solidaridad y la aceptación, y que llamen a practicar la justicia y la equidad, no perdamos más tiempo y salgamos a compartir la buena nueva del señorío de Cristo y la irrupción de su reino, porque es palabra de vida que tiene el poder para transformar tanto la vida de las personas como la de esta sociedad.
Aceptemos con alegría la misión que el Señor nos encomienda y vayamos al mundo a anunciar la Buena Noticia de la salvación. Que así sea. Amén.

 

Leonardo Schindler

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