Sábado 5 de abril

 

Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura (y) a cambio … encontrarme unido a él… con la justicia que da Dios con base en la fe.

 

Filipenses 3,8-9

 

Recuerdo haber leído hace algunos años un libro titulado ¿Tener o ser?, en el que se plantea un nuevo paradigma que conduciría a una realización plena de nuestra vida personal y comunitaria. El libro es de Erich Fromm y sostiene que, en la sociedad actual, el ser humano se ha habituado a vivir bajo una premisa: quien no tiene, no es.
Pablo utiliza terminología económica para describir su cambio total de orientación: abandona la ganancia y elige la pérdida. Ahora, Pablo tiene nuevas aspiraciones: ¡quiere ser aceptado por Cristo y ser verdaderamente rico!
No pretende hacer valer nada ante Dios y, de hecho, reniega y resigna estatus, logros y pertenencias.
Se nos invita a confiar en Dios para refundar nuestra vida y el conocimiento de Jesús desde la fe. ¡Desde el ser y permanecer, desde la verdadera ganancia y bienestar!
Hay otros pasajes de la Biblia que destacan este tema, como la expresión de Jesús: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?” No poseamos nada más allá de lo necesario y confiemos en Cristo.
En este tiempo cuaresmal, somos desafiados a reconsiderar toda la “oferta de sentido salvífico” que nos otorga Dios Padre a través de Jesucristo y a renovar nuestra participación en la fe y en el verdadero beneficio.
“Toma, ¡oh Dios!, mi voluntad, y hazla tuya nada más; toma, sí, mi corazón, y tu trono en él tendrás” (Culto Cristiano número 255).

 

Luis Alberto Keil

Compartir!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Print