… Ten en cuenta que si compras el terreno de Noemí, quedas también obligado a casarte con Rut, la viuda moabita, para que la propiedad siga a nombre del difunto…

Rut 4,5

En el capítulo cuarto del libro de Rut vemos cómo los problemas de las dos viudas se van resolviendo. Ya no pasan hambre porque pueden – de acuerdo a la enseñanza bíblica – juntar espigas de trigo, en el campo de Booz.
Las cosas “se van acomodando” y se empieza a resolver el problema familiar y en el capítulo 4 se resuelve también el problema de la tierra, ya que la situación familiar y la social (de tierra), en la época, eran inseparables para tener una vida digna…
Booz le dice a su pariente: si compras la tierra de Noemí también deberás hacerte cargo de ella y de su nuera, porque si no, no tendrán como sobrevivir… La ley del derecho a la compra de la tierra (Levítico 25,25) y la ley del levirato (Deuteronomio 25,5-6) no se pueden separar, porque ambas están para garantizar la vida de quienes han quedado desamparados.
Estimados lectores: el texto bíblico de hoy nos lleva a pensar sobre el uso que le damos a nuestras leyes y normas, ¿cómo las aplicamos y usamos?
Muchas veces en los juzgados las leyes se “tuercen” para provecho de unos en contra de otros… Y nosotros ¿estamos exentos de esa actitud?
Booz con sus palabras nos recuerda que la ley debe ser usada y aplicada, teniendo en cuenta su espíritu, la motivación con la que fueron promulgadas…
Que Dios nos bendiga y nos ayude siempre a ver el verdadero sentido de las normas y leyes, y con su aplicación protejamos y cuidemos la vida de todas las personas.

Ricardo A. Becker

Rut 4,1-22

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