Se realizó el acto central de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

En un emotivo encuentro celebrado el jueves 23 de mayo en la parroquia Santa Julia de la Iglesia Católica, ubicada en el barrio porteño de Caballito, se llevó a cabo el acto central de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, organizado por la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en la Argentina (CEICA).

La celebración ecuménica contó con la participación de representantes de diversas confesiones cristianas, incluyendo la Iglesia Anglicana, la Iglesia Católica Romana, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, la Iglesia Cristiana Bíblica, la Iglesia Nueva Apostólica, la Iglesia Reformada y la Iglesia Metodista.

El lema de este año, «Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo», resonó en las meditaciones llevadas a cabo por las comunidades carismáticas de Burkina Faso, mientras que la ofrenda fue destinada a la cooperadora del Hospital Zubizarreta, reconocida por su labor en el cuidado de la salud pública. El obispo de Rafaela Pedro Javier Torres, en su reflexión sobre el evento, destacó la importancia de la unidad cristiana, subrayando que todos los creyentes comparten un mismo destino en la casa del Padre. Asimismo, instó a los presentes a mirar con los ojos de Dios y a trabajar por la unidad con humildad y amor.

En un llamado a la acción, Monseñor Torres, responsable de la comisión episcopal de ecumenismo, instó a los presentes a no acostumbrarse a vivir divididos, recordando que la unidad es un mandato divino que nos llama a trabajar juntos por el bien común.

El pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y presidente de la FAIE, Leonardo Schindler, resaltó la importancia de promover la unidad entre los cristianos y de apoyarse mutuamente en el testimonio de fe, haciendo hincapié en la necesidad de mirar con misericordia la realidad de las personas y dejar de lado los prejuicios e indiferencias.

El evento concluyó con una ferviente oración por la gracia de seguir promoviendo la unidad y mirando con ojos de misericordia, en un esfuerzo por construir un mundo más justo y fraterno.

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