Del 16 al 18 de mayo, la Congregación de Posadas fue escenario del primer Taller de Liderazgo Comunitario, organizado por el Equipo Coordinación Juvenil (ECOJ) junto con los equipos juveniles de cada distrito de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP). Este ciclo, que busca fortalecer a las nuevas generaciones en su vocación de servicio, comenzó en el Distrito Misiones, con la participación de 11 jóvenes que llegaron con energía, compromiso y una gran sed de aprendizaje.
A lo largo del fin de semana, se vivieron momentos intensos de formación, reflexión y comunión. El objetivo central fue brindar herramientas concretas y espirituales que ayuden a los jóvenes a asumir roles de liderazgo dentro de sus comunidades: aprender a coordinar grupos, planificar actividades, resolver conflictos, comunicarse con claridad y descubrir sus propios dones y fortalezas.
El taller estuvo estructurado en tres módulos. El primero, guiado por el Psicólogo Emanuel Liedtke, ofreció una introducción al liderazgo comunitario: qué significa liderar, qué cualidades y actitudes requiere, y cómo planificar y acompañar a un grupo humano desde una mirada empática y comprometida.
El segundo módulo, a cargo de la Licenciada Alexandra Franco, propuso dinámicas participativas centradas en la comunicación, la escucha, la autoevaluación y el trabajo en equipo, generando espacios donde cada participante pudo conocerse más y valorar al otro como parte de un todo.
Finalmente, el tercer módulo fue dirigido por el Pastor Jonathan Michel, quien, además de presentar diversos modelos de liderazgo presentes en la Biblia, guio los espacios devocionales e inspiró con su palabra a mirar al liderazgo como un llamado al servicio y al amor activo.
El espíritu del encuentro se vivió con fuerza en cada instancia. Los jóvenes participaron con muchísima entrega: tomaban apuntes, hacían preguntas, compartían experiencias y, sobre todo, construían vínculos genuinos entre ellos. El clima fue de entusiasmo y esperanza, reflejo de una juventud que anhela crecer en la fe y ser parte activa de la vida de la iglesia.
El domingo, el taller culminó con un culto abierto a la comunidad, en el que los propios jóvenes fueron protagonistas, participando de cada parte de la liturgia. Fue un cierre lleno de emoción, que puso en práctica todo lo aprendido y que dejó una semilla viva en quienes participaron.
Este encuentro es solo el comienzo de un camino que continuará recorriendo los distritos. Porque creemos que la iglesia crece cuando escucha a sus jóvenes, los forma y los acompaña. Porque sabemos que el liderazgo no nace de la imposición, sino del servicio, del amor por la comunidad y del deseo profundo de sembrar esperanza.
Todo el taller estuvo guiado por el versículo de Gálatas 6:9, que nos recuerda:
“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.”