Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe; pero tenemos confianza, y quisiéramos más bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor.
2 Corintios 5,6-8
En nuestras vidas, a veces sentimos la distancia entre nosotros y Dios mientras transitamos por esta tierra con cuerpos frágiles. Sin embargo, recordemos la promesa que el apóstol Pablo compartió con los Corintios y el salmo 23,6 viviremos eternamente junto a nuestro Señor, acortando esa distancia y experimentando una fe plena.
No malinterpretemos esta promesa como una excusa para soportar sufrimientos aquí, esperando un paraíso lejano. Jesús nos llamó a edificar el Reino de Dios en la Tierra, mejorando este mundo día a día y buscando la alegría en esta vida terrenal.
Las Escrituras nos fortalecen, inspirándonos a enfrentar las dificultades con esperanza, para glorificar a nuestro Señor. La recompensa de nuestra labor terrenal será una vida en plena felicidad junto a nuestro Padre.
Así que, mantengamos nuestra fe, construyendo el Reino de Dios aquí y ahora, seguros de que un día viviremos en la plenitud de Su presencia. Amen.
Dario Dorsch