Así pues, libres ya de culpa gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Pues por Cristo gozamos del favor de Dios por medio de la fe y estamos firmes.
Romanos 5,1-2

Cuando decimos que estamos libres de culpa gracias a la fe, se refiere al acto de fe que tiene lugar en el momento en que confiamos en Jesucristo, y esto implica que tenemos paz.
Cuando hablamos de paz hay varias clases, como el sueño de la paz mundial, esa paz que no se ha logrado en el pasado ni aún en el presente. Decimos que si promovemos la paz a nuestro alcance, esto creará conciencia social en todos los niveles, sin embargo mientras haya egoísmo en los corazones de las personas, nunca habrá paz en el mundo.
Pero aquí se refiere a la paz que nos da tranquilidad del alma, esa paz que Jesucristo nos menciona cuando dice: La paz os dejo, mi paz os doy. Es el estado de reconciliación con Dios, quien extiende su misericordia al pecador.
En el versículo 2 se refiere al hecho de que tenemos acceso a Dios mediante la oración. Dios siempre nos escucha y responde, claro que responde de acuerdo con su voluntad y no la nuestra.
El amor a Dios es el que nos mantiene firmes y con esperanza en la vida.
¡Nos volvemos a Dios en el canto y en la oración, nos volvemos a Dios en el abrazo y la comunión, en la esperanza, en la fe, en la alegría de creer, en nuestras ganas de vivir, nos volvemos a Dios! (Canto y Fe N° 212)

Mónica B. Rockembach

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