En cuanto al amor entre hermanos, no tienen necesidad de que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.

1 Tesalonicenses 4,9

La comunidad de Tesalónica fue una de las primeras comunidades fundadas por Pablo. En esta carta se demuestra el cariño que le tiene. A partir de este aprecio, de este cariño, pero sobre todo de la conciencia del amor recibido por Dios, Pablo puede escribir, aconsejar y recomendar.

La adhesión al evangelio, a la fe y a la creencia en Jesucristo tiene sus consecuencias bien concretas. Las derivaciones de esta fe se deben ver en lo cotidiano, en el día a día, en la rutina diaria.

En esta carta las exhortaciones son pensamientos, recomendaciones y consejos que Pablo da a los creyentes para que la adhesión a la fe sea viva, coherente y afín a lo que Jesucristo enseño, practicó y recomendó.

En su afán por buscar y generar comunidades auténticas, verdaderas y ejemplares escribe directrices, guías y encargos para los cristianos que se iban adhiriendo. Los consejos son bien claros y prácticos.

Una y otra vez Pablo vuelve a tocar temas que tienen que ver con el descuido al otro, con los comportamientos en que el uno demuestra el poco amor hacia el otro. Ese amor debe reflejarse, precisamente, en el cuidado al otro.

Son consejos y recomendaciones que seguramente a nosotros, en estos tiempos en que las malas noticias, en que personas se cuidan tan poco, corren como un reguero de pólvora y son el pan cotidiano de todos los noticieros.

Comencemos en lo pequeño, en nuestra vida cotidiana tomando en cuenta las recomendaciones de Pablo para que el amor que Dios nos ha demostrado en Cristo Jesús se vea entre nosotros y en estos tiempos.

Waldemar von Hof

1 Tesalonicenses 4,1-12

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