Sin embargo, la mayoría de ellos no agradó a Dios, y por eso sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
1 Corintios 10,5
Los cristianos de Corinto se dividían y se apartaban de la fe, por lo que Pablo trata de corregirlos con esta carta. En estos versículos, les recuerda que quienes fueron sacados milagrosamente de Egipto y guiados por el desierto, en su mayoría, terminaron no agradando a Dios.
En los entrenamientos de un equipo deportivo y en ámbitos laborales o del ejército, se suele escuchar la amonestación “Acá vivos somos todos”, que significa “Aquí nadie tiene prioridad sobre los demás ni sobre los objetivos del grupo”. El mensaje de Pablo para los corintios es de este tipo, diciendo algo como: “Todos hemos sido sacados de la esclavitud y guiados en el desierto”.
Ahora se trata de no caer en la idolatría ni de dividirse. Al igual que para los corintios, también es importante para nosotros tener presente la liberación de la esclavitud, junto con la necesidad de agradar a Dios sin divisiones en la comunidad cristiana, porque formamos parte del cuerpo de Cristo, el cual se extiende en el espacio y en el tiempo.
Además, dadas las interrelaciones que existen en toda la creación, también podemos agradar a Dios recordando que todos los ambientes están conectados y que no podemos hacer divisiones. De hecho, la contaminación de un curso de agua o la deforestación de una región impactan hasta el último rincón de la tierra.
Tomás Tetzlaff