De modo que hubo catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la cautividad de los israelitas en Babilonia, y otras catorce desde la cautividad hasta el Mesías.
San Mateo 1,17
Ya es 23 de diciembre. Seguramente en estos últimos días habrá ex- presado varias veces o escuchado: “¡Cómo pasa de rápido el tiempo! Ya estamos casi en Navidad”.
En medio de este tiempo que pasa tan rápido, tenemos un texto bíbli- co que les invito a leer: San Mateo 1,1-17. Es una lista de nombres. ¿Por qué aparece esta lista interminable de nombres en la Biblia? El resumen que nos presenta el versículo 17, nos anuncia que hay un determinado orden y cantidad. Seguramente esto quiere mostrarnos o decirnos algo. Les cuento lo que dice para mí: que Dios estuvo desde el principio acompañando toda esta historia que llamamos Navidad. Y que hubo mujeres y hombres que dispusieron de sus vidas y de su tiempo para ponerse al servicio de Dios. Que dentro del árbol genealógico de Jesús hubo mujeres y hombres simples y otros de suma importancia, pero que todos tuvieron su participación y colaboraron con sus dones, talen-
tos y lo que podían para que la historia continúe.
Y también me dice que hay números simbólicamente positivos en la genealogía de Jesús. El número 14 es 2 veces 7, y 7 es el numero de la perfección. Son 3 series de 14 generaciones. El número 3 repre- senta la Trinidad, la integridad. Entonces a mí también me dice que el nacimiento de Jesús fue en un tiempo, en un momento perfecto, ideal, cuando era necesario. El pueblo de Israel había esperado siempre por el Mesías, y quizás el tiempo no pasaba nunca mientras se esperaba al Sal- vador. Para nosotros, cada Navidad parece que llega más rápido, pero seguramente también llega en el momento ideal. O quizás deberíamos hacernos tiempo para que sea ideal para nosotros. Dios estuvo desde el comienzo acompañando a su pueblo, y ahora también nos está acom- pañando y lo hará por siempre.
Hace tiempo tu presencia, se revela entre nosotros. Hay huellas en nuestra vida de aquellos que te siguieron: son tus señales. Tal como ayer, ven hoy también, revélate y habita entre nosotros otra vez. (Canto y Fe Nº 280)
Mateo 1,1-17
Armando Weiss