Espero la resurrección de los muertos.

Hechos 23,6b

No existe ser humano que esté en condición de impecable perfección. Tomar consciencia de errores ayuda a mejorar, resarcir, y no repetirlos.

Pablo apela a esta comprensión de justicia frente a la suprema junta. Pero no convence a las autoridades y decide afirmar la resurrección de los muertos; tema central del evangelio confirmado con la resurrección de Jesús.

Saduceos y fariseos eran enemigos unidos para oponerse a las enseñanzas de Jesús. Los saduceos negaban la resurrección y se sienten airados. Los fariseos creen en la resurrección, pero se enfurecen contra los saduceos.

La frágil unidad del gobierno religioso es evidente y descubre su afán de perseguir al fantasma Jesús en quien se hace real la resurrección.

Hoy en día hay innumerables ejemplos de personas y grupos que, sin tener nada en común, se unen y se afanan para oponerse a Dios o su obra de justicia.

Mas la vida nos da oportunidad de degustar algo de la promesa de la resurrección. El ánimo que Dios da a Pablo afirma que recomenzar, tener el pan de cada día, es esperanza viva – un acto de resurrección.

Seguir a Jesucristo es aferrarse a la promesa de la resurrección en audaz, valiente e intrépida fe vivida a diario.

Soplo de Vida: que cada noche de soledad nos encuentres y renueves nuestras gastadas fuerzas. Necesitamos oír tus palabras de ánimo para dar testimonio de la promesa de vida después de la muerte. Gracias por tan bella promesa. Amén.

Patricia Cuyatti Chávez

Hechos 23,1-11

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