Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos porque todos pecaron.

Romanos 5:12

—Sabe pastor, me desespera mirar al reloj y ver cómo avanza, minuto a minuto el tiempo, al encuentro de mi muerte…
La conversación derivó en una larga charla sobre nuestra mirada a la vida como un camino que lleva a la muerte. Después de mucho hablar, con este abuelo de noventa y dos años, pudimos cambiar de visión, descubriendo que toda su vida había sido un regalo y que, de ahora en más, cada segundo de este reloj, que él tenía colgado en la pared, pasaba a ser parte de este regalo. Al cabo de un tiempo el abuelo me dijo:
—Sabe pastor, el reloj marcha más despacio…
Muchos de nosotros vivimos nuestra vida como si estuviera encerrada entre dos espacios de tiempo de oscuridad y de muerte, el de antes del nacimiento y el de después de nuestra hora marcada.
Pablo intenta explicar el plan de Dios. Quiere rescatar a la humanidad de la muerte que se instaló en el mundo a partir de Adán. Muchas veces sobredimensionamos a la muerte, creyendo que es la que determina nuestra vida, nuestros pasos y nuestros pensamientos.
Pablo nos hace ver que Dios no ha apostado a la muerte si no que ha apostado a la vida, sacando a Jesús de la tumba, que desde pascuas queda vacía y pierde su absolutismo.
Lo definitivo es la apuesta de Dios a la vida, venimos de una eternidad, pasamos por este mundo y vamos hacia una eternidad junto a Dios Padre, junto a Jesús y al Espíritu Santo.
“En aquel día sin nieblas, en que muerte ya no habrá y su gloria el Salvador impartirá. Cuando los llamados entren a su celestial hogar y que sea pasada la lista, allí he de estar”. (Cuando allá se pase lista de Crystal Lewis).

Waldemar Oscar von Hof

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print