Viernes 28 de marzo

 

Por lo tanto, el que está en Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo.

 

2 Corintios 5,17

 

Al estar “en Cristo” comienza algo nuevo. El apóstol Pablo describe la relación con Cristo como un “estar en Cristo” y a la vez como “Cristo vive en mí” (Gálatas 2,20). Yo en Cristo y Cristo en mí – una relación muy cercana y profunda.
Estar en Cristo – algunos lo relacionan con su bautismo, cuando fueron “sumergidos en Cristo”. Para otros, estar en Cristo comenzó cuando se dieron cuenta de que hay un Dios que los ama y acepta. No importa cómo comenzó o en qué momento me di cuenta, lo que importa es que hoy esté viviendo en esta relación con Cristo.
Igual que en una pareja humana: no importa si fue amor a primera vista o si poco a poco comenzamos a amarnos. Lo que importa es que hoy y cada día nos tratemos con amor. Que permanezcamos en un diálogo franco y abierto, compartiendo nuestras ideas, sueños y preocupaciones. Atento a mi pareja, escucho y pregunto: ¿cómo estás? ¿qué quieres de mí?
Esto no solo se aplica a una pareja humana, sino también a nuestra relación con Cristo. Debemos compartir preocupaciones y temores, pero sobre todo, escuchar y preguntar: ¿qué quieres de mí?
Si permanezco unido a él, esto cambiará mi forma de ser, pensar, juzgar y actuar. Comienzo a darme cuenta de dónde soy poco cariñoso o soberbio con los demás. Aprendo a superar malas costumbres y a preocuparme menos por mí mismo.
Y cuando caigo nuevamente en comportamientos antiguos y carentes de amor, puedo estar seguro del perdón de Dios, levantarme y seguir adelante.

 

Kurt Herrera

Compartir!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Print