¿Cómo podremos dar suficientes gracias a nuestro Dios por ustedes y por el mucho gozo que a causa de ustedes tenemos delante de él?
1 Tesalonicenses 3,9
Se dice que normalmente valoramos lo que tuvimos una vez que lo perdemos, y ciertamente en muchas ocasiones es así. Y esto no se refiere solo a cosas materiales, sino también principalmente a las personas cercanas, parte de nuestra familia, pero también a personas que son parte de una comunidad, compañeros y amigos; y esto es precisamente lo que reconoce el Apóstol Pablo aquí. La comunidad brinda sostén, fortaleza y ánimo cuando lo necesitamos. Por eso, Pablo agradece a Dios. Juntos es posible crecer en la fe. Juntos es posible sobrellevar también las horas de dificultad que cada uno atraviesa.
A veces perdemos esa actitud de agradecimiento y nos enfocamos en lo que no está bien en la comunidad, en lo que todavía necesitamos cambiar o mejorar. Hoy quiero animarnos a pensar en las palabras, los gestos y el apoyo que en algún momento nos han brindado cuando lo necesitábamos. Puede que pienses que esperabas ayuda de alguien que no hizo nada por ti, pero es posible que otra persona te haya brindado su compañía. Te invito a agradecer a Dios por eso y a esforzarte por ser alguien que también ofrece su tiempo, escucha atentamente, da palabras de aliento y gestos cariñosos para fortalecer y animar a quienes lo necesitan en tu comunidad.
Apreciemos lo que nos es regalado en el presente y caminemos con gratitud, sabiendo que compartimos nuestro camino con otros. Que Dios nos conceda esa gratitud. Amén.
Christian Stephan