El monstruo que has visto es uno que antes vivía, pero ya no existe; sin embargo, va a subir del abismo antes de ir a su destrucción total. Los habitantes de la tierra cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo, se asombrarán cuando vean ese monstruo que antes vivía y ya no existe, pero que volverá a venir.

Apocalipsis 17,8

Dios hace nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21,5). Qué difícil es en medio de tanta desesperanza y sufrimiento afirmar que en Dios todo se renueva, que las situaciones de sufrimientos, los “monstruos” que atormentan nuestra existencia humana pueden dejar de vivir y tener poder sobre nuestras vidas.
Las comunidades estaban atravesando por dudas y mucha incerti- dumbre. Las palabras de la profecía de Juan quieren animar a las co- munidades a que se mantengan en esta esperanza; vendrá un tiempo mejor. Como humanidad estamos por más de un año en pandemia, una pandemia que ha generado una crisis sanitaria que se entrelaza con otras crisis políticas, económicas y sociales que nos tienen al borde del abismo y pérdida de nuestra esperanza.
En este tiempo necesitamos en comunidad renovar nuestra fe y confianza en Dios, sabiendo que estamos acompañados por su Espí- ritu de vida que aún en tiempos de sombras y valles de muerte, sigue soplando su aliento de vida, y en su misericordia, renovando cada día nuestra esperanza.
Como dice el profeta Jeremías: “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo”. (Jeremías 29,11)

Izani Bruch

Apocalipsis 17,7-14

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