Dios que da constancia y consuelo, los ayude a ustedes a vivir en armonía unos con otros, para que todos juntos, a una sola voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 15,5
Con chicos y chicas de una villa, habíamos ido a visitar a otra comunidad creyente asentada a la orilla de un arroyo a cielo abierto, lleno de basura. Nuestros chicos, que ya vivían en condiciones deplorables, no pudieron evitar el asombro y se dijeron entre ellos, en voz baja para no ofender: “¡Estos sí que son pobres!”
El apóstol Pablo está concluyendo su carta a la comunidad de fe en Roma, la rica y orgullosa capital del imperio romano. Les dice: “Los que somos fuertes en la fe debemos aceptar como nuestras las debilidades de los que son menos fuertes”. Además, les recuerda que las Escrituras antiguas se escribieron para que tengamos esperanza, gracias a la constancia y el consuelo que esas historias y recomendaciones nos brindan.
Algunas Biblias traducen “paciencia y consolación” en los versículos 4 y 5. La Biblia Dios Habla Hoy traduce que las Escrituras nos brindan “constancia y consuelo”. Podemos traducir “constancia” como fortaleza o paciencia, pero nunca resignación. Y “consuelo” es todo eso para que vivamos en esperanza.
Algunos son pobres y otros aún más pobres; algunos débiles y otros más debilitados; algunos un poco más ricos y otros empobrecidos; algunos un poco más fuertes y otros más debilitados, tanto en la salud del cuerpo como en el alma y en la vida de la comunidad creyente, alentándonos mutuamente. Todos y todas compartimos las Escrituras en comunidad para vivir en armonía y mantener la esperanza.
Guido Bello