Epifanía del Señor

Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Mateo 2, 1 – 2

¿En qué lugares buscamos a Dios? Según el calendario litúrgico, hoy celebramos Epifanía, la revelación del rostro de Dios al mundo. En Jesús, Dios revela su amor y gracia a todas las personas, sin hacer acepción. Nuestro versículo bíblico es parte del relato de los sabios del oriente que desean adorar al Rey recién nacido.
Observamos que los sabios del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron dónde estaba el Rey que había nacido. En la lógica de los sabios, y muchas veces en nuestra manera de pensar, Dios se revela en lo grande, en palacios, en lo majestuoso, en el éxito, en los grandes templos… Pero, Dios tiene otra lógica y sus caminos son muy distintos a los nuestros. Los magos del Oriente no encontraron al Rey recién nacido en el palacio. Una estrella los guió hasta un pesebre en Belén. Y ahí en el lugar menos pensado, se encontraron con Dios, con el nuevo Rey: el niño Jesús. Dios se reveló y se revela en lo pequeño, en un niño, en lo humilde, lejos de lo grandioso, lejos del centro del poder y de nuestras “realezas” humanas.
Que Dios nos libre de la tentación de buscarlo en los espacios de poder, en el éxito o en las cosas que podamos tener. Que Él nos guíe a ver su presencia en lo pequeño, en las cosas sencillas de nuestro vivir cotidiano y nos ayude a abrir nuestro corazón para ofrendar nuestros dones, tiempo y nuestros recursos al servicio de su Reino, revelado en Jesús. Amén.

Izani Bruch
Mateo 2,1-12

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