Por la fe entendemos que Dios creó el universo por medio de su palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de lo que no se veía.
Hebreos 11,3
A veces, pensamos que tener éxito y ser famosos es lo más importante. Pero, si siempre estamos tratando de ser los mejores, podemos sentirnos muy ansiosos y nunca estar satisfechos. La presión por ser el mejor puede hacer que algunas personas compitan demasiado y hagan cosas malas o ilegales para ganar.
El versículo de hoy dice que “Por la fe entendemos que Dios creó el universo por medio de su palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de lo que no se veía”. Esto nos recuerda que Dios creó el universo con su palabra, algo que no podíamos ver antes. Nos enseña que el verdadero éxito no se basa en hacer trampa o ser deshonesto, sino en seguir principios importantes y duraderos.
Tratar de ser el mejor a cualquier costo puede ser una carga muy pesada y hacernos sentir vacíos por dentro. Hacer trampa y competir demasiado puede darnos logros temporales, pero no nos hará felices. En cambio, ser honesto, respetar a los demás y tener integridad son valores que nos ayudan a tener una vida plena y feliz.
Así como Dios creó el universo de lo que no se veía, debemos construir nuestro éxito sobre bases invisibles pero fuertes: el amor, la humildad y la justicia. Solo así encontraremos verdadera paz y satisfacción en nuestros logros.
Eugenio Albrecht