Viernes 8 de marzo

Antes, ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados en los que vivían, ya que seguían los criterios de este mundo y obedecían la voluntad del espíritu que actúa en el aire y que anima a aquellos que desobedecen a Dios. De esta manera, todos nosotros también vivíamos en otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cediendo a los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y nuestros pensamientos. Por este motivo, merecíamos con justicia el castigo de Dios, al igual que los demás.
Efesios 2, 1-3

Tarde o temprano, deberemos tomar una decisión crucial: vivir conforme a los estándares de este mundo o cumplir la voluntad de Dios. Nuestro camino definirá el propósito de nuestras vidas.

Era ese tipo de persona que todos admiraríamos. Siempre irradiaba buen humor y tenía palabras positivas. Si alguien necesitaba ayuda, ahí estaba él. En los días difíciles, alentaba a ver lo positivo. Intrigado por su actitud, lo busqué y pregunté: «No entiendo… No se puede ser bueno todo el tiempo… ¿cómo lo logras?». «Cada mañana», respondió, «me despierto y me digo: ‘Tienes dos opciones: actuar bien o mal. Y elijo lo primero». «Sí, claro, pero no es tan sencillo», objeté. «Lo es», afirmó. «La vida trata de elecciones, y tú decides cómo vivir».

Frente a nosotros, hay dos caminos: el pecado nos conduce a la muerte eterna, mientras que la Gracia nos lleva a la vida plena. La elección está en nuestras manos.

David Juan Cirigliano
Efesios 2,1-3
Temas: elección, vida, muerte
Cirigliano, David Juan, pastor en la Congregación Evangélica San Antonio, Urdinarrain, Entre Ríos.

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print