Visita del pastor Marcus Garras de la Iglesia Evangélica Alemana (EKD) al Sínodo

El 12 de octubre, en el marco del Sínodo de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) en Esperanza, Santa Fe, Argentina, el pastor Marcus Garras, representante de la Iglesia Evangélica Alemana (EKD), realizó una destacada intervención que dejó una profunda impresión entre los asistentes. Además de traer los saludos fraternales de la EKD, Garras compartió un mensaje de solidaridad, esperanza y unidad, ofreciendo un presente simbólico que marcó un momento emotivo en el encuentro.

En su saludo inicial, Garras reconoció los tiempos difíciles que las comunidades de la IERP están atravesando, destacando la complejidad de la situación social y política tanto en Argentina como en otras partes del mundo. «Sabemos que ustedes viven y trabajan en un contexto desafiante», expresó, reconociendo la importancia de la solidaridad entre iglesias hermanas en momentos de dificultad. Para reforzar este mensaje, el pastor presentó una escultura que simboliza la fraternidad y el apoyo mutuo.

Escultura donada por la EKD a la IERP. Foto: Eugenio Albrecht.

La escultura, que muestra a cuatro personas abrazadas formando un círculo, con una vela en el centro, fue un gesto cuidadosamente elegido por la EKD para expresar el sentido de comunidad. «Este símbolo de amistad y confraternidad representa cómo nos sostenemos mutuamente», explicó Garras, aludiendo a la importancia de sentir el apoyo de los demás, como amigos, colegas y miembros de una misma familia en la fe. Alrededor de la vela, que representa la luz de la esperanza, las figuras simbolizan la unidad de las iglesias en Cristo, apoyándose unas a otras en tiempos de tribulación.

De izquierda a derecha: diácono Ricardo Schlegel (secretario general de la IERP), pastor Marcus Garras (EKD) y pastor Leonardo Schindler (pastor presidente de la IERP).

El pastor también conectó el simbolismo de la escultura con un pasaje bíblico de Lamentaciones 3,22-23: «El amor del Señor no tiene fin y sus bondades se renuevan cada mañana. ¡Qué grande es su fidelidad!». A través de este texto, Garras transmitió un mensaje de esperanza, recordando que, aunque los desafíos sean gigantes, el amor de Dios es inagotable y su fidelidad supera cualquier dificultad. «Así como el autor de Lamentaciones enfrentó la destrucción del templo y la crisis política de su tiempo, nosotros también enfrentamos crisis en nuestros días, pero siempre podemos confiar en la fidelidad de Dios», agregó.

En su conclusión, Garras alentó a las iglesias presentes a reunirse en torno a la luz de Cristo, tal como las figuras de la escultura se unen en un círculo, recordando que no están solas en sus luchas. «Reunámonos alrededor de la luz de aquella esperanza que Dios nos ha dado en Cristo. Su amor es más grande que cualquier desafío que enfrentemos o vayamos a enfrentar», afirmó con convicción.

 

 

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