Domingo 30 de junio
6º Domingo después de Pentecostés Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre. Al momento,
6º Domingo después de Pentecostés Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre. Al momento,
Porque si alguien de veras quiere dar, Dios le acepta la ofrenda que él dé, conforme a sus posibilidades. Dios no pide lo que
Porque ya saben ustedes que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que con su
Aunque hace sufrir, también se compadece, porque su amor es inmenso. Lamentaciones 3,32 ¡Qué persona afligida escribió este texto! ¡En el versículo 25 finalmente
El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Lamentaciones 3,22-23
Por eso, Señor y Dios, no puedo quedarme en silencio: ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias! Salmo 30,12 El silencio
Yo me sentí seguro, y pensé: «Nada me hará caer jamás.» Salmo 30,7 A lo largo de la vida, uno atraviesa diferentes situaciones. Cuando
Entonces se levantó un gran temporal y las olas se lanzaban contra la barca que se iba llenando de agua. Marcos 4,37 El versículo
En mí no falta el lugar para acogerlos, pero ustedes, en cambio, tienen el corazón estrecho. Páganos con la misma medida. Les hablo como
Nos creen afligidos, y permanecemos alegres; tenemos apariencia de pobres, y enriquecemos a muchos; pareciera que no tenemos nada y todo lo poseemos. 2