Domingo 21 de diciembre

 

4° domingo de Adviento

 

José, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella, en secreto.

 

Mateo 1,19

 

José tuvo una reacción completamente humana frente a una dificultad. Incapaz de comprender la verdadera situación, optó por el atajo más simple, que fue retirarse.
Cuando, antes de la Nochebuena, nos volvemos locos limpiando la casa a fondo, sin saber qué compras hacer para fin de año y vivimos los días previos a Navidad en un estrés constante, nos estamos aislando y alejando del verdadero significado de la Navidad.
Los cuatro domingos de Adviento deben ser un tiempo de reflexión, de detenernos, de pensar en la buena nueva que nos trae la Navidad. Nos va a nacer un niño, nuestro salvador, quien se sacrificará por nosotros.
En mi niñez, cada domingo de Adviento solíamos en casa cantar villancicos después de leer la Biblia y tener una breve reflexión.
Esto nos acercaba más al verdadero sentido de la Navidad. Tomémonos un respiro y, en este cuarto domingo de Adviento, reflexionemos en que en Nochebuena nacerá el Salvador. ¡Gloria a Dios en las alturas!
“¡Arriba los corazones, cerca está la salvación! El tiempo ya ha madurado es la hora del Señor” (Canto y Fe número 4).

 

Ingrid Mai

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