1º domingo de Adviento
Manténganse ustedes despiertos, porque no saben a qué hora vendrá su Señor… Por eso ustedes también estén preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperen.
Mateo 24,42.44
Celebramos hoy el primer domingo de Adviento, el inicio de un período de cuatro semanas que la tradición eclesiástica reservó para que las personas cristianas o aún no cristianas tuvieran la oportuni- dad de prepararse para una celebración digna de la Navidad, cele- bración en la que recordamos la venida de Dios al mundo. Adviento es “la venida hacia”… la venida hacia nosotros. Sí, en el niño nacido en Belén, Dios vino y viene a nuestro encuentro. Quiere restablecer buenas relaciones con los seres humanos; quiere integrarnos a su comunión, quiere que lo recibamos en lo íntimo de nuestro ser y de- jemos que le dé sentido a nuestras vidas. Pero el período de Adviento no solo nos quiere ayudar a prepararnos para un primer encuentro o un reencuentro con Dios. También nos llama la atención para que es- temos preparados para el encuentro final con Dios, es decir cuando él decida darle la terminación a su proyecto de creación. El evange- lista Mateo nos da testimonio de que ya el propio Jesús habló de estas cosas. Y Jesús dejó claro que ni aun él sabe cuándo Dios, Padre, resolverá poner término a su creación; que ese fin será una sorpresa; y que por tanto es necesario estar despiertos, y no dejar pasar los días con indiferencia. En esta línea de pensamiento, toda nuestra vida es una época de Adviento, en la que nos debiéramos preparar para el encuentro último con Dios. Y aunque Dios no acabe con el universo, nuestro tiempo disponible se habrá terminado cuando él nos lleve de este mundo. Seamos pues inteligentes, permanezcamos en guardia y estemos listos para dicho encuentro, que puede ocurrir en cualquier momento.
Federico Hugo Schäfer
Salmo 122; Isaías 2,1-5; Romanos 13,11-14; Mateo 24,36-44
Agenda Evangélica: Salmo 24; Zacarías 9,9-10; Romanos 13,8-12; Mateo 21,1-11;
Apocalipsis 3,14-22 (P)
