17º domingo después de Pentecostés, 26º en el año
Jesús les contestó: “Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Si ustedes me responden, yo les diré con qué autoridad hago esto”.
Mateo 21,24-25
Una de las cualidades de Jesús, a la hora de enfrentarse con quienes lo cuestionaban en su autoridad, fueron sus respuestas incisivas, inteligentes, que ponían en evidencia la mezquindad o las malas intenciones de quienes las hacían.
En nuestras comunidades también nos encontramos con personas que cuestionan maliciosamente a quienes ponen su tiempo, esfuerzo y bienes para el funcionamiento de la iglesia y proclamación del evangelio de Cristo; pero en general, en vez de ponerlas en evidencia, la gente “agacha el lomo”, y sigue adelante, dándoles una importancia que no tienen: “¿Para qué necesitan tanto dinero?”, “¡Cómo, la iglesia cobra por los cultos! Me sale más barato ir al cine”, “¿Qué hacen las catequistas? ¡Que lo haga la Comisión Directiva, para eso está!”… pero cuando la necesitan… no tienen ningún problema de exigir lo que sea… la iglesia tiene que responder…
En este texto Jesús nos empodera, para que nos animemos a responder sin violencia, pero con elocuencia, siendo un espejo para esas personas, y de esa manera, poner en evidencia su mezquindad y sus malas intenciones.
Quien pone sus manos y buena disposición al servicio del evangelio tiene la autoridad de la que asume el compromiso y deja de ser un mero espectador. Está claro que toda persona se puede equivocar, incluso las personas de fe; pero nunca será tan grave como quien sólo se dedica a juzgar y criticar.
Lo importante es ponernos cada día en las manos de Dios y dejar-nos guiar.
Estela Andersen
Salmo 25,1-9; Ezequiel 18,1-4.25-32; Filipenses 2,1-13; Mateo 21,23-32 Agenda Evangélica: Salmo 68,4-7.20-21.35-36; Lamentaciones 3,22-26.31-32; Juan 11,1-3.17-27(28-38a)38b-45; (P) 2 Timoteo 1,7-10