En una celebración importante en la historia argentina, la Congregación Evangélica de Esperanza de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) acogió nuevamente el Tedeum del 9 de julio, en conmemoración del Día de la Independencia Argentina. La ceremonia contó con la participación del pastor presidente de la IERP, Leonardo Schindler, el pastor local Sergio Schmidt y el cura párroco católico Salvador Zinicola. El mensaje central estuvo a cargo del sacerdote católico Salvador Zinicola, mientras que el Pastor Schindler tuvo una participación destacada en la liturgia.
El antecedente de esta celebración histórica se remonta al 9 de julio de 2022, cuando la Congregación Evangélica de Esperanza fue la primera comunidad evangélica en Argentina en oficiar de anfitriona del Tedeum, una celebración tradicional de gratitud por la patria que se realiza desde el primer gobierno patrio en 1810 y que hasta entonces había sido siempre celebrada en la iglesia católica.
Este notable evento se dio gracias al intenso trabajo ecuménico iniciado en la década de 1960. El pastor Otto Faber fue pionero en participar junto al sacerdote católico en ceremonias de bendiciones públicas. Su sucesor, Juan Carlos Weiss, y el pastor Carlos Duarte, quien posteriormente sería pastor presidente de la IERP, profundizaron este diálogo interreligioso. El pastor Jorge Buschiazzo, en su momento, tuvo el honor de ser el primer pastor protestante en recibir el Tedeum en un templo evangélico, consolidando así un hito en la historia de la relación entre las iglesias y el Estado en Argentina.
La IERP, presente en la región desde 1857, ha sido testigo y protagonista de importantes momentos históricos, y esta celebración del Tedeum refuerza su compromiso con el ecumenismo y el diálogo interreligioso, destacando la importancia de la colaboración y el respeto mutuo entre las diferentes comunidades de fe. La ceremonia del 9 de julio de este año no solo celebra la independencia de Argentina, sino que también simboliza la unión y la cooperación entre distintas tradiciones religiosas, reafirmando el papel de la IERP como un puente entre las comunidades de fe y el Estado.
