¡Vean qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos! Es como el buen perfume…
Salmo 133, 1-2a
Los Salmos han sido utilizados y apreciados por los cristianos desde el origen del movimiento. Es que de alguna manera exponen el sentir, el sufrir, el enojo, el gozo y hasta el agradecimiento de la gente común en su relación con Dios; no ocultan las emociones de su escritor. Este Salmo no es la excepción, aquí un peregrino que va rumbo a Jerusalén reflexiona sobre el camino de su vida y sobre su destino eterno, transmitiendo un mensaje muy positivo y transformador.
Dios expresa su voluntad de que procuremos relaciones armoniosas, duraderas y agradables. Esta armonía se refiere a estar de acuerdo, mostrar amistad fraterna, caminar en unidad, vivir en paz con toda la comunidad. Siempre es bueno tener en cuenta el buen consejo de Dios para nuestras vidas, y esperar por sus promesas.
Este Salmo expresa la voluntad de Dios de que vivamos bajo el signo de su amor. De este modo, siendo nosotros conocedores del mensaje del Señor, podemos utilizar este Salmo para dar a conocer a la gente las bendiciones que trae unirse para alabar a Dios. Cuando hay unidad en el pueblo de Dios, no solo es bueno y agradable en sí mismo, sino que también conduce a muchas otras cosas buenas. Cuando hay discordia en el pueblo de Dios, nos perdemos de disfrutar las bondades de Dios y cumplir con su voluntad.
Dios está dispuesto a bendecir nuestras relaciones familiares y comunitarias, lo que es fundamental para nuestro bienestar y felicidad, pero Dios bendice especialmente a sus hijos e hijas que procuran vivir en unidad.
Caminemos a la luz de Dios, caminemos a la luz de Dios,
Caminemos a la luz de Dios, caminemos a la luz de Dios,
Caminemos todos, caminemos juntos, Caminemos a la luz de Dios,
Caminemos todas, caminemos juntas, Caminemos a la luz de Dios. Amén.
(Canto y Fe Nº 151)
Wagner Gabriel Enrique
Salmo 133,1-2
Tema: fe, vida cristiana, servicio, evangelio
