En el octavo año de su reinado, siendo todavía joven, Josías empezó a buscar al Dios de su antepasado David.
2 Crónicas 34,3
En el primer versículo de este capítulo se nos dice que Josías tenía ocho años cuando empezó a reinar. ¿Se imaginan? ¿Qué pasaría si en nuestras casas dejamos que nuestros hijos a esa edad lleven adelante la vida familiar? Me gusta una parte de la idea, comería chocolate todo el día…
Acá se nos dice que en el octavo año de su reinado, o sea tenía dieciséis, empezó a buscar a Dios. La edad en la que muchos se confirman después de una instrucción básica en la fe.
Esta búsqueda generó que años después, cuatro, comenzara una reforma, que consistía básicamente en eliminar todas las imágenes de otros dioses que había en el país.
Mientras leía este texto, me preguntaba por qué el ser humano tiene la tendencia a buscar otros dioses en lugar del Dios verdadero, habiendo tantas pruebas de su inmenso amor para con los humanos.
Hoy no es diferente la situación, queremos reemplazar el amor de Dios, quien dio la vida de su Hijo Jesucristo en la cruz para nosotros, por tantos otros dioses. Quizá una respuesta sea la necesidad de tener un dios al que podamos encerrar, hacerlo a nuestra imagen, ordenarle que haga conforme nuestra voluntad y nos dé una satisfacción inmediata sin compromiso y, de ser mejor, sin interactuar el domingo a la mañana con otros.
¿Será que también hoy es necesaria una reforma en nuestra vida, en nuestros pensamientos, en nuestra iglesia, a fin de sacar y, como en tiempo de Josías, destruir todo aquello que nos aleja de Dios, para reencontrarnos nuevamente con él?
Que Dios te bendiga en esta búsqueda.
Pablo Münter
2 Crónicas 34,1-7