Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: “Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca”.
Mateo 4,17

“¿Por qué debo volverme a Dios si no hago mal a nadie?, Vivo tranquilo en mi casa, cuido a mi familia. Creo que en realidad Dios me ha bendecido, tengo todo lo necesario. Hago mis negocios, vivo sin necesitar nada de nadie.”
Este es el pensamiento de muchos en nuestro tiempo: me ocupo sólo de mí y todo es por mi esfuerzo. Miro sólo mi propio entorno, más allá no me interesa.
Por eso, les invitamos a mirar más allá con las palabras de una vieja canción que hemos cantado tantas veces en nuestras comunidades de fe.

Todo te está diciendo, ¡vuélvete a dios! Todo te está llamando, de corazón.
Hay una voz en todo, ¡vuélvete a dios! Para el que quiera oírla, de corazón.

¡Vuélvete a Dios de corazón!
Todo te está diciendo: ¡vuélvete a Dios!

Muchos están hambrientos, (¡vuélvete a dios!) Muchos están sufriendo, (¡de corazón!)
Hay injusticias y guerra, (¡vuélvete a dios!) Hay opresión y odio. (¡de corazón!)

Cristo sigue muriendo, (¡vuélvete a dios!) Su sangre está corriendo; (¡de corazón!) Hay una voz en todo, (¡vuélvete a dios!) Para el que quiera oírla. (¡de corazón!)

Necesitamos volvernos a Dios para encontrar el verdadero sentido de la vida y re-descubrir que vivimos en la casa que Dios preparó para todos y todas.

Mateo 4,12-17
Doris Arduin y Germán Zijlstra

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