
Martes 4 de noviembre
¡Cuídame como a la niña de tus ojos! ¡Escóndeme bajo la sombra de tus alas! Salmo 17,8 Dios nos ofrece la oportunidad

¡Cuídame como a la niña de tus ojos! ¡Escóndeme bajo la sombra de tus alas! Salmo 17,8 Dios nos ofrece la oportunidad

Señor, ¡escúchame! ¡Atiende mi clamor de justicia! ¡Presta oído a mi oración, pues no brota de labios mentirosos! Salmo 17,1 En el

21° domingo después de Pentecostés Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas

Todos los Santos Jesús miró a sus discípulos y les dijo: Bienaventurados ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.

Día de la Reforma Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5,3

Me he visto angustiado y en aprietos, pero tus mandamientos me alegraron. Salmo 119,143 Una vez más, y así como lo hace

Señor, tú eres justo; rectos son tus decretos. Todos tus mandatos son justos y verdaderos. Salmo 119,137-138 “Qué injusto”, “esto no es

Tú eres mi refugio: me proteges del peligro, me rodeas de gritos de liberación. Salmo 32,7 Estoy segura de que alguna vez

Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día. Salmo 32,3 La carga de callar

20° domingo después de Pentecostés Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.